Personaje de los más antiguos de la Sierra Norte y recuperado en 1.978, la botarga de la Candelaria (2 febrero) desde 2.004 también sale en las fiestas patronales. Pide limosna a vecinos y visitantes, acude a misa, que oye sin máscara ni cencerro, ayuda en la subasta y va en procesión hasta que roba una naranja. La da a oler a los incautos para luego golpearlos en la nariz con ella.
El traje llevaba cosidas en pecho y espalda, unas estrellas y un monigote. Un rabo en el trasero (higa) relleno de alfileres para evitar que se lo arranquen, cachiporra, castañuelas (para recoger las limosnas) y una naranja (símbolo de sol y vida). En los años 80 mujeres de Beleña hicieron un traje más fresco para agosto; ahora ambos coexisten. Esto dio lugar a que salieran dos botargas a la vez, costumbre que se mantiene desde 1996, no sin polémica.