Llegado el tercer viernes de septiembre, día de la inauguración oficial de las fiestas, se procede, en primer lugar, a una ofrenda floral al Cristo de la Sala en la Iglesia Parroquial, ofrecida por los niños y niñas de la localidad ataviados con los trajes típicos bargueños. Por la noche, tiene lugar el pregón y la proclamación oficial de las Reinas y Damas de Honor, seguido del peculiar “chupinazo”, o traca inicial de las fiestas. Un desfile de carrozas a concurso, amenizado por las bandas de música de la localidad, precede a la verbena que tiene lugar por la noche en la plaza del Ayuntamiento.
A partir de la mañana siguiente, en hora temprana, se suceden los tradicionales encierros, que comienzan a la suelta de tres cohetes, estando precedidos por dianas y pasacalles. No faltan durante todas las fiestas corridas de toros, novilladas y otros espectáculos taurinos, además de conciertos, orquestas y entretenimientos variados. Hay también actividades programadas para los jóvenes y para los más pequeños.